Cebolla Babosa
(0,05 € planta)
Cebolla babosa Variedad temprana, de forma esférico-conica invertida y un peso aproximado de 175-225 gr. Piel de color dorado; carne blanca amarillenta y de sabor dulce.
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Cebolla babosa Variedad temprana, de forma esférico-conica invertida y un peso aproximado de 175-225 gr. Piel de color dorado; carne blanca amarillenta y de sabor dulce.
EXIGENCIAS DE CLIMA Y SUELO
Es una planta de climas templados y prefiere suelos sueltos, sanos, profundos, ricos en materia orgánica, cálidos, soleados y no calcáreos. Los aluviones de los valles y los suelos de transporte en las dunas próximas al mar le van muy bien. En terrenos pedregosos, poco profundos, mal labrados y en los arenosos pobres, los bulbos no se desarrollan bien y adquieren un sabor fuerte. Es muy sensible al exceso de humedad y medianamente sensible a la acidez, estando el límite de pH en 6
PREPARACIÓN DEL TERRENO
La profundidad de la labor preparatoria varia según la naturaleza del terreno. En suelos compactos la profundidad es mayor que en los sueltos, en los que se realiza una simple labor de azada. El cuidadoso desmenuzamiento de los terrones es un elemento importante de éxito. El terreno es explanado para después disponerlo, si es necesario, en surcos. Algunos suelos habrá que mejorarlos. TRANSPLANTE Se realiza la plantación en caballones distanciados entre sí 50-60 cm, sobre los que se disponen dos líneas de plantas distanciadas a 30-35 cm y 10-15 cm entre plantas.
ABONADO
En suelos poco fértiles se producen cebollas que se conservan mejor, pero, naturalmente, su desarrollo es menor. Para obtener bulbos grandes se necesitan tierras bien fertilizadas. No deben cultivarse las cebollas en tierras recién estercoladas, debiendo utilizarse las que se estercolaron el año anterior. Cada 1.000 kg de cebolla (sobre materia seca) contienen 1,70 kg de fósforo, 1,56 kg de potasio y 3,36 kg de calcio, lo cual indica que es una planta con elevadas necesidades nutricionales. La absorción de nitrógeno es muy elevada, aunque no deben sobrepasarse los 25 kg por hectárea, e influye sobre el tamaño del bulbo. Por regla general, basta con un suministro uso días antes del engrosamiento del bulbo y después del trasplante, si fuese necesario. El abono nitrogenado mineral favorece la conservabilidad, ocurriendo lo contrario con el nitrógeno orgánico. Las cebollas necesitan bastante potasio, ya que favorece el desarrollo y la riqueza en azucar del bulbo, afectando también a la conservabilidad. La necesidad en fósforo es relativamente limitada y se considera suficiente la aplicación en el abonado de fondo. El suministro de calcio no es por norma necesario si el terreno responde a las exigencias naturales de la planta.