Judía mata baja
(0,35 € planta)
Judia mata mata baja
Variedad de mata baja y de ciclo precoz. Vainas cilíndricas de color verde, rectas, largas, muy carnosas y carentes de hilo. Grano de color blanco.
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Judia mata mata baja
Variedad de mata baja y de ciclo precoz. Vainas cilíndricas de color verde, rectas, largas, muy carnosas y carentes de hilo. Grano de color blanco.
Variedad de mata baja y de ciclo precoz. Vainas cilíndricas de color verde, rectas, largas, muy carnosas y carentes de hilo. Grano de color blanco.
Cultivo: Siembra directa y a chorrilo en terreno de asiento. La época de siembra va desde Abril hasta agosto. Marco de plantación de 70x10 cm y profundidad 3 o 4 cm
El cultivo de la judía en grano es considerado como un cultivo extensivo, mientras que la judía verde se considera netamente hortícola.
La superficie dedicada al cultivo de la judía en grano se ha reducido en los últimos años (debido a los cambios alimenticios de la sociedad y a su importación); los rendimientos se han mantenido prácticamente constantes, ya que la producción total ha disminuido considerablemente. En el caso de la judía verde, la reducción es también apreciable, pero mucho menos importante cuantitativamente.
REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS
El manejo racional de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente relacionados y la actuación de uno de estos incide sobre el resto.
Es planta de clima húmedo y suave, dando las mejores producciones en climas cálidos.
-Temperatura:
Temperaturas críticas para judía en las distintas fases de desarrollo
Temperatura óptima del suelo |
15-20ºC |
Temperatura ambiente óptima de germinación |
20-30ºC |
Temperatura mínima de germinación |
10ºC |
Temperatura óptima durante el día |
21-28ºC |
Temperatura óptima durante la noche |
16-18ºC |
Temperatura máxima biológica |
35-37ºC |
Temperatura mínima biológica |
10-14ºC |
Temperatura mínima letal |
0-2ºC |
Temperatura óptima de polinización |
15-25ºC |
Cuando la temperatura oscila entre 12-15ºC la vegetación es poco vigorosa y por debajo de 15ºC la mayoría de los frutos quedan en forma de “ganchillo”. Por encima de los 30ºC también aparecen deformaciones en las vainas y se produce el aborto de flores.
-Humedad: la humedad relativa óptima del aire en el invernadero durante la primera fase de cultivo es del 60% al 65%, y posteriormente oscila entre el 65% y el 75%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas y dificultan la fecundación. Es importante que se mantenga sin excesivas oscilaciones de humedad.
-Luminosidad: es una planta de día corto, aunque en las condiciones de invernadero no le afecta la duración del día. No obstante, la luminosidad condiciona la fotosíntesis, soportando temperaturas más elevadas cuanto mayor es la luminosidad, siempre que la humedad relativa sea adecuada.
-Suelo: aunque admite una amplia gama de suelos, los más indicados son los suelos ligeros, de textura silíceo-limosa, con buen drenaje y ricos en materia orgánica. En suelos fuertemente arcillosos y demasiado salinos vegeta deficientemente, siendo muy sensible a los encharcamientos, de forma que un riego excesivo puede ser suficiente para dañar el cultivo, quedando la planta de color pajizo y achaparrada. En suelos calizos las plantas se vuelven cloróticas y achaparradas, así como un embastecimiento de los frutos (judías con hebra).
Los valores de pH óptimos oscilan entre 6 y 7,5; aunque en suelo enarenado se desarrolla bien con valores de hasta 8,5.
Es una de las especies hortícolas más sensibles a la salinidad tanto del suelo como del agua de riego, sufriendo importantes mermas en la cosecha. No obstante, el cultivo en enarenado y la aplicación del riego localizado, pueden reducir bastante este problema, aunque con ciertas limitaciones. Actualmente se están llevando a cabo cultivos de judía con aguas de 2 a 2,4 mmhos.cm-1 de CE, con concentraciones de sodio y cloruros de 8 meq.l-1 y 9 meq.l-1, respectivamente, sin apreciarse disminución en las producciones. Para conseguir estos resultados es necesario un aporte de calcio y de magnesio más elevado de lo normal, así como mantener un nivel de humedad lo más constante posible.