PIPARRA VASCA
LA PIPARRA
La climatología vasca, y en particular la guipuzcoana, la ha convertido en un producto singular. Su aroma en fresco, sutil y elegante, su textura carnosa y su fresco sabor han hecho de ella un producto esencial para la gastronomía de Euskadi.
Llegó procedente de América de la mano de Cristóbal Colón y fue desarrollando una serie de características, que la diferencian de otros pimientos, debido a la transformación que ha experimentado para adaptarse a las condiciones climatológicas de la zona.
Las condiciones geográficas y climáticas más apropiadas para su cultivo son una baja altitud (inferior a 450 metros), temperaturas suaves y grado de humedad y pluviosidad elevadas. La plantación se realiza entre abril y mayo. La planta no requiere ningún cuidado especial, ya que es fuerte, de crecimiento muy rápido y da abundantes frutos.
La piparra es una guindilla de carne tierna y piel fina, de pequeña longitud, entre 5 y 12 centímetros, y con un pedúnculo o rabo estrecho y alargado. Su forma es estrecha, alargada y lisa, con sección redonda. La coloración es verde amarillenta, uniforme en toda la guindilla, y con un ligero brillo.
Las mejores son las que miden 8 centímetros de longitud, ya que si miden más es porque han estado más expuestas al sol y por lo tanto, son algo más bastas, lo que se percibe en su textura en el paladar. Están prácticamente exentas de picor.
La planta alcanza una altura aproximada de 25-30 centímetros y empieza a dar flores de manera continuada desde finales de julio hasta bien entrado octubre, a veces incluso en noviembre, si el tiempo es bueno. Con los primeros fríos, perderá sus hojas y deberá ser arrancada, puesto que su ciclo vital habrá terminado.
La recogida de la guindilla varía según el momento del año: cada dos días, en meses soleados y cada quince, en épocas de mal tiempo. La piparra se recolecta a mano cuando se encuentra en su momento óptimo de desarrollo y no se cortan, se doblan sus rabitos hasta que se parten, siempre por el extremo más cercano a la planta.
El Eusko Label de calidad ‘Guindillas de Ibarra’ (Ibarrako piparrak), otorgado por Kalitatea Fundazioa, garantiza al consumidor, de manera fiable y claramente etiquetada, que las guindillas que adquiere son producidas y envasadas en Euskadi, y que, por tanto, poseen el nivel de calidad que viene definido en el reglamento. Este estricto control de calidad es el responsable de que podamos degustar un producto con unas características determinadas y de que sea reconocido por ello.
Las cualidades organolépticas tan extraordinarias que posee se deben a la temperatura de la zona. Al igual que los pimientos, posee aromas a pirazina, que en verde combina con hierbas de aromas frescos, como la albahaca, el perejil, el cebollino, la menta… Acompañada de tomates y aceite de oliva, que despiertan las notas ácidas y picantes, estimulan el sabor y el apetito. Salazones y productos con larga curación, como anchoas, mojama, quesos, jamón y cecina, pueden ser una buena combinación.
Marcos de plantación
El marco de plantación se establece en función del porte de la planta, que a su vez dependerá de la variedad comercial cultivada. El más frecuentemente empleado en los invernaderos es de 1 metro entre líneas y 0,5 metros entre plantas, aunque cuando se trata de plantas de porte medio y según el tipo de poda de formación, es posible aumentar la densidad de plantación a 2,5-3 plantas por metro cuadrado. También es frecuente disponer líneas de cultivo pareadas, distantes entre si 0,80 metros y dejar pasillos de 1,2 metros entre cada par de líneas con objeto de favorecer la realización de las labores culturales, evitando daños indeseables al cultivo.
En cultivo bajo invernadero la densidad de plantación suele ser de 20.000 a 25.000 plantas/ha. Al aire libre se suele llegar hasta las 60.000 plantas/ha.
Aporcado
Práctica que consiste en cubrir con tierra o arena parte del tronco de la planta para reforzar su base y favorecer el desarrollo radicular. En terrenos enarenados debe retrasarse el mayor tiempo posible para evitar el riesgo de quemaduras por sobrecalentamiento de la arena.
Tutorado
Es una práctica imprescindible para mantener la planta erguida, ya que los tallos del pimiento se parten con mucha facilidad.
Las plantas en invernadero son más tiernas y alcanzan una mayor altura, por ello se emplean tutores que faciliten las labores de cultivo y aumente la ventilación.
Pueden considerarse dos modalidades:
- Tutorado tradicional: consiste en colocar hilos de polipropileno (rafia) o palos en los extremos de las líneas de cultivo de forma vertical, que se unen entre si mediante hilos horizontales pareados dispuestos a distintas alturas, que sujetan a las plantas entre ellos. Estos hilos se apoyan en otros verticales que a su vez están atados al emparrillado a una distancia de 1,5 a 2 m, y que son los que realmente mantienen la planta en posición vertical.
- Tutorado holandés: cada uno de los tallos dejados a partir de la poda de formación se sujeta al emparrillado con un hilo vertical que se va liando a la planta conforme va creciendo. Esta variante requiere una mayor inversión en mano de obra con respecto al tutorado tradicional, pero supone una mejora de la aireación general de la planta y favorece el aprovechamiento de la radiación y la realización de las labores culturales (destallados, recolección, etc.), lo que repercutirá en la producción final, calidad del fruto y control de las enfermedades.
Destallado
A lo largo del ciclo de cultivo se irán eliminando los tallos interiores para favorecer el desarrollo de los tallos seleccionados en la poda de formación, así como el paso de la luz y la ventilación de la planta. Esta poda no debe ser demasiado severa para evitar en lo posible paradas vegetativas y quemaduras en los frutos que quedan expuestos directamente a la luz solar, sobre todo en épocas de fuerte insolación.
Deshojado
Es recomendable tanto en las hojas senescentes, con objeto de facilitar la aireación y mejorar el color de los frutos, como en hojas enfermas, que deben sacarse inmediatamente del invernadero, eliminando así la fuente de inóculo.
Fertirrigación
En los cultivos protegidos de pimiento el aporte de agua y gran parte de los nutrientes se realiza de forma generalizada mediante riego por goteo y va ser función del estado fenólogico de la planta así como del ambiente en que ésta se desarrolla (tipo de suelo, condiciones climáticas, calidad del agua de riego, etc.).
En cultivo en suelo y en enarenado el establecimiento del momento y volumen de riego vendrá dado básicamente por los siguientes parámetros:
- Tensión del agua en el suelo (tensión mátrica), que se determinará mediante la instalación de una batería de tensiómetros a distintas profundidades. Alrededor del 75% del sistema radicular del pimiento se encuentra en los primeros 30-40 cm del suelo, por lo que será conveniente colocar un primer tensiómetro a una profundidad de unos 15-20 cm, que deberá mantener lecturas entre 11 y 14 cb, un segundo tensiómetro a unos 30-50 cm, que permitirá controlar el movimiento del agua en el entorno del sistema radicular y un tercer tensiómetro ligeramente más profundo para obtener información sobre las pérdidas de agua por drenaje; valores inferiores a 20-25 cb en este último tensiómetro indicarán importantes pérdidas de agua por lixiviación.
- Tipo de suelo (capacidad de campo, porcentaje de saturación).
- Evapotranspiración del cultivo.
- Eficacia de riego (uniformidad de caudal de los goteros).
- Calidad del agua de riego (a peor calidad, mayores son los volúmenes de agua, ya que es necesario desplazar el frente de sales del bulbo de humedad)